¿Quién es un buen candidato para una liposucción?
Los candidatos ideales para someterse a una liposucción son aquellas personas que poseen un peso relativamente normal según su constitución, con acumulaciones de grasa en el abdomen y que buscan estilizar su figura y mejorar su apariencia ya sea por cuestiones de salud, autoestima o para sentirse mejor consigo mismo. Quienes no deben someterse a este tipo de cirugía son aquellos que ya se hayan sometido a otra cirugía en la zona abdominal y tengan un riego sanguíneo débil, o los que padezcan enfermedades pulmonares o de corazón.
La operación de liposucción / ¿En qué consiste la liposucción?
La ubicación de la grasa abdominal es un factor importante para prever el éxito de la liposucción abdominal, ya que la encontramos distribuída en dos niveles: la grasa superficial (localizada justo debajo de la piel) y la profunda (dentro de la cavidad abdominal, donde están los intestinos). Ésta última no puede eliminarse por liposucción porque sería demasiado peligroso, sólo puede ser reducida mediante la pérdida de peso a través de la dieta y el deporte.
También es importante recordar que la liposucción no es un tratamiento contra la celulitis.
En la mayoría de casos, la liposucción abdominal puede realizarse sin tener que ser ingresado en el hospital, aunque dependiendo de la extensión de la liposucción puede ser necesario permanecer ingresado una noche. Se puede emplear anestesia local y sedación si la liposucción no es muy extensa. La duración suele ser entre una y tres horas, pero el tiempo varía dependiendo de la cantidad de grasa a eliminar y la superficie a tratar.
Inicialmente se realiza una pequeña incisión, menos de 1cm, para poder introducir suero con anestesia local que ayuda a que la liposucción sea menos traumática y dolorosa. Una vez infiltrada la zona a tratar se introduce una cánula que emite ultrasonidos. La tecnología VASER Lipo®; permite emulsionar la grasa facilitando su extracción y mejorando la retracción de la piel. Finalmente se introducen una serie de cánulas huecas conectadas a un sistema de vacío. El cirujano mueve la cánula entre los depósitos grasos situados bajo la piel, rompiendo la grasa y succionándola. Tras reducir volúmenes y definir contornos musculares como los rectos abdominales y los oblícuos, se cierran las incisiones con un punto.
El vendaje consiste en una prenda compresiva con diferentes zonas acolchadas, con el objetivo de reducir el edema posterior y los posibles hematomas.