La fotoprotección permite exponernos al sol por más tiempo, sin sufrir quemaduras y atenuar el daño que ejerce en nuestra piel dicha exposición.
Entendemos como fotoprotección, al método utilizado para disminuir o bloquear la incidencia de las radiaciones ultravioletas que penetran en la piel cuando estamos expuestos al sol. Podemos fotoprotegernos con ropa que cubra la mayor parte de nuestro cuerpo o a través de productos químicos llamados protectores solares o fotoprotectores.
En los últimos años la industria farmacéutica ha puesto su empeño en desarrollar una amplia gama de fotoprotectores con variedad en nivel de protección, tipo de filtros (físicos o químicos) y para el tipo de piel de la persona (seca, mixta o grasa). Las presentaciones son variadas y podemos encontrar fotoprotectores en forma cremas, emulsiones, aerosoles, lápices labiales y espumas, según la zona donde se vaya a aplicar el producto.
Diferencias entre fotoprotección física y fotoprotección química
Hablamos de fotoprotección física cuando se aplican filtros físicos que actúan reflejando la radiación solar incidida en la piel (no absorben la radiación), son menos cosméticos que los químicos y suelen dejar una fina capa de color blanquecino sobre la piel. Por su parte, los filtros de fotoprotección química absorben la energía de la radiación UV, transformándola en energía no perjudicial para nuestra piel.
¿Qué fotoprotector debemos elegir?
El índice que mide cuánto tiempo podemos exponernos a las radiaciones solares, se denomina factor de protección solar (FPS); por ejemplo, sin nos quemamos con una exposición solar de 15 minutos, un FPS 10 nos permitirá estar al sol sin quemarnos 10 veces más que sin protección solar (es decir 150 minutos).
A la hora de optar por un fotoprotector, debemos elegir aquellos que ofrezcan filtros UVA, UVB, que sean hidratantes, resistentes al agua, que permitan la transpiración y que obviamente no serán tóxicos. No debemos confundir protector solar con bronceadores; éstos últimos funcionan colorando la piel o estimulando la síntesis de pigmento (algunos de ellos vienen con factor de protección solar, para acelerar el bronceado mientras nos exponemos al sol).
No debemos tampoco olvidarnos, de una correcta protección ocular, es sabido que la incidencia de los rayos solares puede producir diversas patologías (conjuntivitis, cataratas…). Nuestras gafas de sol deben por ello presentar también, una buena cobertura frente a los rayos UVA y UVB.
Una correcta fotoprotección solar evita reacciones agudas del sol como ponerse colorado, dolor cutáneo y la formación de ampollas, pero también evita consecuencias a largo plazo como el envejecimiento prematuro de la piel por exposición solar, manchas en la piel y el más temible de todos, desarrollar cáncer de piel.
¿Cómo aplicamos correctamente un fotoprotector?
El uso correcto del fotoprotector es fundamental para que sean efectivo. La mayor efectividad se consigue aplicándolo en cantidad suficiente 15 a 30 minutos antes de la exposición solar y aplicándolo nuevamente cada 2 horas, tras una inmersión (por más que el filtro diga impermeable o resistente al agua), sudar excesivamente o limpiarse con una toalla.
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Medidas para una fotoprotección óptima
Es muy importante tener presente que los fotoprotectores tópicos son una herramienta complementaria y que siempre deben estar acompañados de comportamientos saludables y medidas físicas de protección (uso de sombrillas, gorras, gafas de sol, etc.).
Se recomiendan cambios en el estilo de vida: limitar las actividades al aire libre en momentos centrales del día y donde la incidencia de radiación solar es nociva, evitar la exposición solar intencionada o uso de cabinas de bronceado. No olvidar que la sombra y los árboles reducen la radiación UV directa pero no la indirecta emitida a través de las superficies circundantes como la arena, la nieve o el agua.
Normas para una fotoprotección adecuada
- Evitar la exposición solar en las horas de máxima irradiación (de 11 a 16 horas en los meses de verano).
- Realizar exposiciones cortas y progresivas al sol.
- Proteger la piel con ropa, sobrero y uso de gafas de sol.
- No utilizar fragancias o cosméticos que puedan contener alcohol o sustancias que causen fotosensibilidad.
- Extremar la protección solar frente a cualquier activad al aire libre. No olvidar que en días nublado también hay que cuidarse de la radiación ultravioleta y debemos tomar todas las medidas mencionadas.
- Vigilar cambios de tamaño, forma color y relieve de pecas y lunares.
- En pacientes que presenten condiciones especiales (fotodermatosis, antecedentes familiares de cáncer de piel, bebés, niños, personas con la piel demasiado clara) se debe utilizar protección muy alta y/o evitar la exposición solar.
- Tras la exposición solar se recomienda higienizar la piel y aplicar abundantemente crema hidratante.
- Evitar la exposición al sol de menores de 3 años y de hacerlo, utilizar productos de muy alta protección solar y siempre al resguardo bajo una sombra.
- Se recomienda en niños el uso de protectores solares físicos (así se evita la absorción por la piel) que los foto-protectores químicos.
RECORDEMOS QUE, INCLUSO PROTEGIDOS, EL ABUSO DEL SOL ES PELIGROSO.
Dr. Martín Delgado.
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