
La liposucción y la braquioplastia son dos cirugías efectivas para solucionar el exceso de grasa y piel en la cara interna de los brazos. Pero, ¿cómo saber cuál es la más adecuada?
Liposucción de brazos , ¿qué es exactamente?
La liposucción de brazos o lipoescultura es la absorción de la grasa mediante varias técnicas que devuelven la esbeltez a la cara interna de los brazos. Se trata de una intervención que requiere anestesia local o sedación. Se suele combinar con un tratamiento no invasivo de radiofrecuencia que consiste en la aplicación de calor en áreas profundas que afectan a la piel y tejido graso subcutáneo. Esto favorece a la formación de nuevo colágeno, tanto en la piel como en el tejido subcutáneo, permitiendo que adquiera firmeza gracias a la reorganización de los septos fibrosos y el engrosamiento dérmico supra yacente.
La intervención no deja cicatrices y su recuperación es rápida.

Braquioplastia, una cirugía muy vistosa
La braquioplastia o lifting de brazos es una intervención quirúrgica que requiere anestesia general. Consiste en la eliminación de grasa y piel descolgada de la cara interna de los brazos. La operación deja una cicatriz evidente que debe cuidarse minuciosamente para que no sea visible. Los resultados son inmediatos y la recuperación muy rápida.
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Braquioplastia o liposucción de brazos ¿Cuál es la más adecuada?
Dependerá de la gravedad del caso. En casos leves, la liposucción y radiofrecuencia pueden dar excelentes resultados y el brazo vuelve a tener un aspecto terso y esbelto. Pero en ocasiones la piel está muy descolgada o hay un exceso de grasa tan elevado que únicamente la braquioplastia puede dar el resultado deseado.

En definitiva, se trata de dos técnicas efectivas y seguras que garantizarán el retorno a unos brazos delgados y firmes.
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